Damos el pistoletazo de bienvenida al verano con esta receta de mi querida Galicia... me hubiese gustado estar allí y poner sardinas frescas (por San Juan la sardina moja el pan) y a falta de eso la he hecho con sardinas en aceite de oliva y, créanme está..... ¡de pecado de gula!
Ingredientes:
Para el tamaño de una bandeja de horno
500 gr de Harina de trigo
250 gr de Harina de millo
1 Huevo
2 cucharadas de Mantequilla
1 vaso de Agua tibia
25 gr de Levadura fresca
1 cucharada de Sal
Agua tibia si es necesario
Relleno:
4 Cebollas
1 Pimiento rojo
1/2 vaso de Vino blanco
Sal
Sardinas en aceite de oliva c/s
Pelamos, cortamos las cebollas en dados no muy pequeños y ponemos a pochar en una sartén con suficiente aceite; a media fritura, salamos y añadimos el pimiento cortado de igual tamaño, lo rehogamos unos minutos e incorporamos el vino dejando que reduzca. Pasamos a un colador, guardando el aceite y reservamos.
Juntamos las dos harinas, el huevo, la mantequilla, la sal y la levadura disuelta en el agua tibia comenzando el amasado (lo hice en la KitchenAid) durante 8-10 minutos añadiendo agua tibia hasta obtener la textura deseada. Dejamos reposar mientras escogemos las sardinas, retirando escamas y espinas y reservamos.
Damos un pequeño amasado para desgasificar la masa y la dividimos en dos porciones. Cortamos dos hojas de papel de hornear y con ayuda de un rodillo la estiramos lo más posible; en una distribuimos la cebolla y encima, abundantemente, las sardinas rociándolas con un poco del aceite de la fritura.
Trasladamos la otra masa, también estirada, con ayuda del papel y la volcamos sobre el relleno, recogemos los bordes, pintamos con aceite de la fritura y decoramos.
Horneamos a 175º durante 35-40 minutos o hasta que esté ligeramente dorada. Al sacarla del horno la volvemos a pincelar con el mismo aceite.
¡Buen provecho! ¡Bo proveito!