Nuevamente, como cada 20 del mes, llega el desafío que en esta ocasión nos traslada a Oceanía y más concretamente a Australia; la responsable del grupo *La Cruz del Sur* es nuestra querida
Mabel.
Ha sido muy poca la información que he conseguido buscando en los distintos medios y por eso decidí que pondría un relleno lo más completo posible, ya que se trata de un plato que pretende un gran aporte de todos los nutrientes en una sola comida, que se suele hacer fuera de la casa.
De entrada les diré que aunque parezca bastante complicado, no lo es tanto, porque una vez que tengamos todos los ingredientes dispuestos, la operación es bastante sencilla.
¡Pero, debo de incluir una advertencia! ... son tremendamente adictivos y la salsita .... ni les quiero contar.
Ingredientes:
Lomo alto de novillo
Pasta brick
Habichuelas planas
Zanahorias
Champiñones laminados
Huevos para tortilla
Queso Camembert
Para la salsa:
Yogurt griego
Mostaza de Dijon
Cilantro
Tabasco
El lomo una vez salado, lo sellamos en la sartén para dorarlo y lo metemos seguidamente al horno para asarlo a 200º durante 30 minutos, de forma que quede sonrosado y jugoso.
Esta operación la podremos hacer el día anterior, para que la carne, ya fría, no pierda sus jugos al cortarla.
Cortamos las habichuelas y las zanahorias en juliana y las blanqueamos, lo justo para que queden hechas pero crujientes; enseguida las ponemos en agua fría para cortar la cocción, escurrimos y reservamos.
Con los huevos hacemos unas tortillas francesas, de un huevo cada una y sin envolverlas. El queso lo cortamos en lonchas y la carne en lonchas finas.
Con todos los ingredientes dispuestos, procedemos a colocar en cada mitad de tortilla, una loncha de carne, una rebanada de queso Camembert, unas zanahorias, habichuelas y los champiñones cortados en láminas.
Cortamos la pasta y con cada dos cuadrados de más o menos un palmo formamos un rollo, colocando en su interior el preparado anterior, apretándolo un poco y remetiendo los laterales. No es necesario pegar los cierres, porque al freír se mantiene la forma y queda bien sellado.
Se fríen los Chiko rolls en abundante aceite caliente, hasta que los veamos bien dorados; se retiran y se ponen a escurrir sobre un papel absorbente.
Para acompañar estos Chiko rolls, una salsa tan sencilla como deliciosa.
Mezclamos el yogurt con una cucharada sopera de mostaza, medio manojo de cilantro picado y si es de nuestro gusto, añadiremos un poco de picante como puede ser el tabasco ( yo además, he puesto un poco de guindilla fresca, que le da un toque extraordinario y nos encanta)
Aquí en la foto, uno de mis catadores oficiales, que siempre se presta de buen grado a este menester, está disfrutando de un día primaveral, en su turno de lanzamiento de boomerang y saboreando unos Chiko rolls, por supuesto.
¡Espero que les guste y les invito a probarlos!
Nuestro próximo desafío, correrá a cargo de Carolina y será dulce.
Para ver las recetas de mis compañeros no tienen más que pinchar en el logo que ven a continuación.