Esta receta la hacían las tías de mi madre; aunque no he tenido la suerte de heredarla, sin embargo me siento afortunada de poder decir que soy de las pocas personas que si la he probado y que la recuerdo perfectamente.
Entonces, tenía la cabeza en otros asuntos, aunque parece claro que el paladar ya lo tenía bastante bien predispuesto y porque mis papilas recordaban el sabor, me he dispuesto a recuperarla.
¡Porque no quiero que se pierda! Se que mis hijos la van a transmitir a sus hijos, como todas las recetas que les voy recopilando.
Es un plato que se hacía preferentemente en fechas señaladas, como eran las fiestas del Patrono del pueblo, que duraban unos días, venían muchos invitados y se aprovechaban las sobras de aves ( pollo, perdiz, faisán, gallina ), incluso se le ponían los higadillos.
Se preparaban en unos recipientes de barro y colocaban por capas; aquello tardaba todo un día en cocinarse con los hornos de leña.
Yo lo he mezclado todo, y por supuesto, también he utilizado otras cantidades.
Ingredientes:
Masa de hojaldre
1 Pollo asado
Restos de aves
1 Bolsa de setas variadas
500 gr de Menestra
4 Huevos
Clavo molido
Nuez moscada molida
Se desmenuza el pollo y las aves, quitando piel y huesos, en trozos desiguales y cogiendo pellizcos.
Se saltean las setas con una cucharada de aceite hasta que suelten todo el agua.
Cocemos la menestra y escurrimos muy bien.
Se forra un molde, que sea alto, con la masa de hojaldre, hasta arriba. Se calienta el horno a 180º.
Mezclamos las aves con las setas y menestra; a continuación se añaden los huevos batidos donde habremos puesto el clavo y la nuez moscada, lo echamos sobre lo sólido y removemos para que se amalgame bien.
Lo colocamos dentro del molde asentando bien toda la mezcla y tapamos con un circulo de masa del tamaño del molde; cerramos los bordes, adornamos, hacemos unos agujeritos de respiradero y pintamos con un poco de huevo batido.
Horneamos durante 40 minutos en la parte baja del horno y cuidando de que no se tueste demasiado.
Es recomendable dejarlo reposar y que se enfríen los líquidos que puedan soltar las verduras.
Es recomendable dejarlo reposar y que se enfríen los líquidos que puedan soltar las verduras.
pero que bueno.me gusta como queda el corte
ResponderEliminarQué maravilla Isabel !!!
ResponderEliminarEs una receta de las que yo denomino "tesoros con sabor a recuerdos" que debemos conservar y transmitir de generación en generación como tu has hecho ;)
El corte es espectacular.
Besinos mil guapa.
Menudo relleno, asi debe estar este patel, timbal o como quieras llamarle.
ResponderEliminarBesos.
Me encantan las tartas así, con cubierta por encima porque más que relleno me como la pasta!! :D
ResponderEliminarTe ha quedado deliciosa...me lo apunto y te dejo besiños linda..
Pero bueeeeeeno, si es que con ese plato ya no se necesita nada más, completito a tope ehhhh
ResponderEliminarMuy buena la pinta de la masa, doradita y crujiente.
biquiños y buen finde
Una receta con historia y con sentimiento que tus hijos continuaran haciendo en sus casas, un besazo guapa.
ResponderEliminarSigo sin poder comentar...
Las recetas de Sara
Menudo relleno, y la masa estupenda tan finita y doradita...sería una pena que una receta tan buena se pierda!
ResponderEliminarbicos
qué maravilla! seguro que esta receta pasará por muchas generaciones! la tengo que probar así que a mi lista de pendientes va! besosss
ResponderEliminarGema
Madre mía Isabel que hermosura de receta!!!un beso guapa
ResponderEliminarvaya pinta mas apetecible tiene Isabel este plato! me recuerda mucho a un pastel inglés que preparo de carne y cerveza negra, aunque el tuyo tiene que estar delicioso y suave para un buen almuerzo! riquísimo!
ResponderEliminarMe encantan las tradiciones y conservarlas...este timbal es una maravilla y me alegra que le hayas guardado en tus "memorias" culinarias.
ResponderEliminarBesos